-Una estudiante y una madre de familia texmeluquenses describen los tipos de empleadores con los que les ha tocado lidiar mientras ejercieron como trabajadoras del hogar.
Ángel Bañuelos-ProyectoCINCO
San Martín Texmelucan, Pue.- Este 30 de marzo se conmemoró el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, en el cual se busca dignificar sus condiciones laborales. En ProyectoCinco te compartimos el testimonio de dos mujeres texmeluquenses y los tipos de abuso que sufrieron mientras ejercieron el trabajo doméstico.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), el trabajo doméstico remunerado ha sido una ocupación primordialmente femenina, sin embargo, los hombres perciben los mejores sueldos en este tipo de ocupación, pues las plazas laborales en las que se emplean tiene mejor sueldo.
Datos estadísticos sobre trabajadoras del Hogar en México
La clasificación de las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado, por nivel de ingresos, muestra que dos de cada tres (66.7 por ciento) ingresó hasta un salario mínimo; 24.2 por ciento percibió más de uno y hasta dos salarios mínimos y 2.6 por ciento, más de dos salarios mínimos.
El Inegi señaló que se observa una diferencia en los niveles de ingresos según el sexo de las personas ocupadas: 69.2 por ciento de las trabajadoras del hogar percibió hasta un salario mínimo y 43.5 por ciento de los hombres estuvieron en este rango salarial. Por el contrario, mientras que 7.9 por ciento de los hombres trabajadores del hogar percibieron dos o más salarios mínimos, 2.2 por ciento de las ocupadas se ubicó en este nivel de ingresos.
En México, de acuerdo con la Enoe, las personas de 15 años y más ocupadas en el trabajo doméstico remunerado ascendían a 2.5 millones al cuarto trimestre del 2022, cifra equivalente a 4.2 por ciento del total de la población ocupada.
Hay 2.4 millones de personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado a quienes se las clasifica como subordinadas y remuneradas. Así, 97.5 por ciento de las y los trabajadores domésticos declaró no tener una relación laboral formalizada por un contrato; 2.5 por ciento sí contaba con uno. De este porcentaje, 72.3 por ciento tenía un contrato de base, planta o por tiempo indefinido; 12.2 por ciento contaba con uno temporal y 1.2 por ciento no especificó el tipo.
En promedio, las personas trabajadoras domésticas remuneradas laboraron 33 horas a la semana. Del total, 57.5 por ciento trabajó menos de 40 horas a la semana, 30 por ciento cumplió jornadas de entre 40 y 48 horas y 10.6 por ciento tuvo jornadas semanales superiores a las 48 horas.
La duración de la jornada presenta también diferencias, mientras 9.1 por ciento de las trabajadoras del hogar cumplieron jornadas de más de 48 horas a la semana, el porcentaje de hombres fue de 27.5 por ciento. En contraparte, 53.6 por ciento de las ocupadas en el trabajo doméstico remunerado laboró menos de 35 horas por semana. En los hombres, este porcentaje fue de 27.4 por ciento.
Denisse, trabajadora doméstica
Denisse, de 54 años, lleva 17 trabajando en esto, en la región de San Martín Texmelucan, con tres patronas distintas. Sólo con una de ellas recuerda haber recibido un maltrato psicológico constante durante los diez años que estuvo ahí.
Tenía que trasladarse desde San Juan Tuxco hasta San Lucas Atoyatenco para trabajar en la casa de esta persona, quien solía humillarla y hacer constantes amenazas de despedirla.
«Entré a trabajar con ella porque yo tenía una hija mayor que estaba en la universidad y un hijo menor en el bachiller (…) como sabía mi necesidad, que era tan grande, me decía ‘hay muchas personas que quieren trabajar conmigo, apoco crees que eres la única’ y no me quedaba otra más que llorar y aguantarme sus humillaciones, porque yo necesitaba su trabajo” narra Denisse.
Las jornadas eran de 12 horas, entraba a trabajar a las 8 de la mañana, salía entre 8:30 y 8:40 de la noche y ganaba 350 pesos al día. Denisse comenta que este sueldo le venía mejor que en otros trabajos en donde le pagaban menos en los que no recibió este tipo de violencia.
“Yo trabajé también como nana (…) sus papás nunca me dieron un súper sueldo, pero sí me trataron como un miembro de su familia (…) me agrada sentir que les soy útil, o que soy parte de su núcleo familiar» comenta Denisse sobre un trabajo en el que ganaba 180 pesos por día.
Denisse nunca estuvo registrada en el IMSS mientras trabajó como trabajadora doméstica. Esto provocó que tuviera que pagar su propio tratamiento para un padecimiento adquirido mientras trabajaba con la patrona de San Lucas Atoyatenco.
«Por el exceso de los detergentes que yo usaba se me hizo un hongo en la mano, si yo me rascaba se me caía la piel seca. Yo fui a decirle cómo estaba mi mano y me dio unos días, pero nunca me llevó al doctor ni me dio, por ejemplo, un remedio, eso ya corría por mi bolsa” declara.
Denisse expresa que es un trabajo arduo, no siempre agradable, y que aún así no se ha dignificado debidamente:
«La expresión quizá se oiga mal, pero somos las personas que les vamos a ‘limpiar la cola’, hay un desbarajuste en las casas y uno va a arreglarlo para que quede bonito. Dicen que ya tenemos derechos, pero de eso estamos muy muy lejos”.
Argelia, trabajadora doméstica
Argelia, quien es estudiante de pedagogía, comenzó trabajando como niñera en una casa de Tlaxcala, el sueldo era de 200 pesos por día.
Debido a la informalidad de este tipo de trabajos, sus empleadores le encomendaron ser, además de niñera, empleada doméstica.
«La mamá de los niños tuvo una cirugía, me dijeron que si podía ir de tiempo completo, o sea 24 horas. Además tendría que hacer más labores domésticos como lavar la ropa, limpiarle las popós a su perro, levantarme a las 6 de la mañana para alistar a los niños y ponerles su lunch».
Ella aún se encontraba estudiando, por lo que tuvo que pedir permisos para poder asistir a la universidad. «Yo pago para que hagan lo que yo digo, no para estar dando permisos” fue la respuesta que obtuvo del padre de la familia con la que trabajaba.
Cuenta que eventualmente el sujeto la corrió. «Yo le dije en resumen que habían sido 3 noches y tres días, y que le iba a cobrar 500 por día así que el total era de 1500. Se enojó se puso de prepotente, dijo que era mucho dinero, cuando literalmente yo cuidé a sus hijos 2 días sola».
El pago que terminó recibiendo en aquella ocasión fue de 1200 pesos. Argelia narra que el argumento del hombre fue que le había faltado hacer algunas tareas domésticas y que «le estaba regalando su dinero». Añade que este la corrió con agresividad de la casa.
«La verdad ha sido una de las más grandes humillaciones que he tenido, y lo peor es que sentía que había yo echo algo muy mal y que de alguna manera me lo había merecido» comenta.
Trabajadora Doméstica en el contexto Puebla
El estado de Puebla es el sexto en el país con la mayor cantidad de trabajadores domésticos, de limpieza y planchadores, en total son 194 mil 73, pero de ellos el 85.6 por ciento labora en condiciones de informalidad.
De acuerdo con información disponible en el portal de Data México, los mismos tienen un ingreso promedio mensual de 3 mil 271 pesos, es el segundo más bajo del país.
Los mejores salarios los tienen los trabajadores de Baja California Sur, con una media de 8 mil 97 pesos; seguidos de los de Nuevo León, con 5 mil 748 pesos; 5 mil 748 pesos ganan los de Nayarit, 5 mil 717 pesos, los de Sinaloa; y 5 mil 235 pesos en Chihuahua.
En todo el país son 3 millones 780 mil 208 empleados domésticos, de los cuales el 5.3 por ciento laboran en territorio poblano.
Es necesario destacar que prácticamente 86 de cada 100 de los referidos trabajadores en Puebla, carecen de prestaciones de ley, como seguridad social.
Dicha proporción es la segunda más alta de las 32 entidades federativas, la primera la tiene Hidalgo, con 86.7 por ciento; además de que rebasa al porcentaje del país, de 71.7 puntos.