La Fundación Directorio Legislativo presenta su primer balance legislativo del Congreso de México. ¿Qué es un balance legislativo?. Es una medición del trabajo del Poder Legislativo de un país en un plazo de tiempo determinado, a partir de indicadores como la cantidad de leyes sancionadas y sesiones realizadas, el origen de los proyectos, los temas legislados, los plazos en que fueron aprobados y las votaciones en el pleno. Comprende el período que va entre 1° de septiembre de 2018 y el 30 de abril de 2022.
Andrés Manual López Obrador (AMLO) se constituyó en una singularidad para la política mexicana por, al menos, dos razones. Primero, por llegar a la presidencia con un partido político totalmente nuevo: MORENA. Segundo, porque logró consolidar una mayoría en el Congreso gracias a los holgados números que consiguió en las elecciones de 2018 y 2021 y al apoyo de sus aliados.
AMLO es el primer presidente mexicano desde la democratización de los ’90, que logró mantener un balance de fuerzas favorable en el Congreso y no perder poder de fuego luego de las elecciones intermedias de 2021. En síntesis, la relación ejecutivo-legislativos ha jugado a su favor desde que asumió en 2018 – algo no tan frecuente en la política latinoamericana actual – y esto puede verse en 5 dimensiones de la actividad legislativa:
La tasa de éxito legislativo del Poder Ejecutivo: Del total de proyectos presentados por el Poder Ejecutivo, 80% fueron sancionados, mientras que los restantes llegaron a ser debatidos en comisiones. Casi el 50% de estas leyes estuvieron relacionadas a la agenda económica. Es una tasa alta si se la compara con la de otros países de la región. En Colombia fue de aproximadamente el 45% durante el gobierno de Iván Duque (2018-2022) y en Argentina, del 32% en lo que va del mandato de Alberto Fernández.
El peso del oficialismo en la agenda legislativa: El 50% de las leyes aprobadas surgieron de iniciativas presentadas e impulsadas desde el oficialismo (ya sea por el Poder Ejecutivo o por legisladores de la coalición en el Congreso). Si a esto se suman los proyectos presentados o impulsados conjuntamente con sectores de la oposición, se puede concluir que durante los primeros 4 años de gobierno de AMLO, 3 de cada 4 proyectos aprobados tuvieron el aval de al menos un sector del oficialismo.
La duración del trámite legislativo (o cuánto tarda una ley en ser sancionada) en función del origen del proyecto: La duración se redujo en los casos de proyectos presentados por el Poder Ejecutivo (58 vs. 547 días) o por un legislador o legisladora oficialista (360 vs 815 días). Es decir, se aprueban 9 veces más rápido cuando son firmados por el presidente o dos veces más rápido cuando son impulsados por el oficialismo en el Congreso.
La cohesión y polarización de las votaciones en el pleno: Por un lado, los bloques legislativos se comportaron de forma cohesionada en términos de disciplina partidaria (con algunas excepciones en los casos del PRI y el PRD). Por el otro, la polarización legislativa (la oposición votando en sentido contrario al oficialismo) fue baja y estuvo circunscripta a leyes específicas y “sensibles”, como aquellas que regulan temas económicos, fiscales o del sistema político.
La aprobación de reformas constitucionales: Para aprobar una reforma constitucional, se requiere una mayoría calificada de dos tercios de los miembros presentes, que el oficialismo no alcanza. En otras palabras, necesita del apoyo de la oposición lo que le da, a su vez, un recurso de poder: el bloqueo de reformas constitucionales. Pese a eso, entre 2018 y diciembre de 2022 se aprobaron 20 reformas y se rechazaron 3.
Durante los primeros cuatro años del gobierno de AMLO se aprobaron 245 leyes. La tasa de éxito legislativo del Poder Ejecutivo fue del 80%. En todo el período el Poder Ejecutivo presentó 46 iniciativas: 9 proyectos de reforma constitucional y 37 de ley secundaria.