Daniel Hernández
Aunque han querido lavar la ropa sucia en casa, en la Secretaría de Seguridad Pública los niveles de corrupción que se alcanzaron desde que fue nombrado Humberto Rivera García como Subsecretario de Coordinación y Operación Policial no tiene precedentes y ahora están más preocupados por salvar el pellejo que por hacer su “chamba” y esto se ha reflejado en la inseguridad en el estado, pues hace mucho que la Policía Estatal Preventiva no ha una detención relevante.
las fuentes que envían información a esta columna señalan que tras el asesinato del oficial Adán N., algunos de los hombres cercanos a él fueron cambiados de mando, algunos los escondieron en la Academia de Policía Ignacio Zaragoza, ubicada en la zona de Alpuyeca, donde los grupos delictivos gustan abandonar cuerpos emplayados.
No fue difícil que mandos policiacos conocidos por su ineficiencia y su gusto por los negocios sucios llegarán a la Academia de Policía Ignacio Zaragoza pues los mandos de esta reciben órdenes directas de la titular del Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que no es otra que la incondicional de Manuel Alonso García y Humberto Rivera, Liliana Rosas Labastida.
Entre los mandos que recibió la socialité fue a Medardo Rodríguez quien fue uno de los que apareció en las investigaciones tras la detención de elementos de la corporación en el periférico ecológico.
Medardo y Humberto Rivera estuvieron inmiscuidos en la irrupción de un policía estatal en una rueda de prensa, ya que ellos fueron la cadena de mando que giró las instrucciones al uniformado a tomar fotografías de reporteros y a quienes estaban dando la información, en aquella ocasión no pudieron acreditar la llamada al 911 que argumentaron motivó la presencia policial en el restaurante El Cazador”.
Otro de los mandos que presuntamente fue suspendido, pero que lo mantienen a cargo de diversos negocios es Adrián López Cavita quien mantiene control principalmente en la zona de Tepeaca.
Otros más están escondidos en el inmueble de la 31 Poniente en donde se encuentra la UDAIM y la dirección de prevención del delito, en donde todos siguen las instrucciones de quien se dice estar avalada por el gobernador del estado, Liliana Rosas Labastida, áreas de las que más quejas han recibido por los malos tratos a los colaboradores.
Los que se mantienen en la PEP prefirieron bajar el perfil, prácticamente no salen de las instalaciones y obviamente no “meten trabajo”, es decir no hacen detenciones relevantes, de no ser por otras áreas de la dependencia como la Subsecretaría de Inteligencia la dependencia estaría inmóvil.
Las investigaciones que se iniciaron en febrero han avanzado, se han descubierto corralones, ubicaciones de inmuebles y la red que implica a funcionarios municipales que le estaré contando en la siguiente entrega.
Por cierto
Los citados mandos tenían acusaciones de corrupción y malos tratos a los uniformados por lo que habían sido relegados de los puestos de autoridad por varios años, hasta que fueron reclutados por Humberto Rivera, la corrupción, siempre termina en esa mando policiaco y su equipo.
