Daniel Hernández
Aunque no es una novedad, me parece que usar la inseguridad, atentados y amenazas como estrategia de campaña es un símbolo de que quienes buscan el poder son capaces de cualquier cosa con tal de conseguir su propósito.
En esta campaña se denunciaron actos que parece que los cometió un estudiante de secundaria y las reacciones fueron similares.
Uno de los casos que más llamó la atención fue el atentado en contra de Eduardo Rivera, los delincuentes iban con la intención de “meterle un plomazo en la cabeza” según el testimonio de las vecinas que recibieron la golpiza.
Los delincuentes ingresaron al domicilio equivocado ¡Toing!
Pepe Chedraui aseguró que su rival Mario Riestra estaba detrás de un ataque con bombas molotov a las oficinas equivocadas:
“Nos lanzaron unas bombas molotov ahí en la oficina. No tenía absolutamente nada, traen mal la brújula por lo pronto, pero mal porque lo que quieren hacer es violentar esta elección”,
Otros delincuentes que no sabían hacer su chamba.
Mario Riestra acusó que un hombre lo amenazó de muerte en un evento, el supuesto agresor dio la cara y se supo que era un vendedor de tortas que posiblemente actuó en estado de ebriedad.
Las denuncias llegan a la Fiscalía General del Estado, como si los Ministerio Públicos no estuvieran hasta el tope por la cantidad de trabajo que no pueden resolver.
Como en elecciones del pasado, las denuncias se quedarán en los archivos de la fiscalía, en las notas periodísticas, después del 2 de junio los políticos regresaran a las camionetas blindadas en los fraccionamientos que sólo son vulnerables en tiempos de elecciones.
Basta una revisión de redes sociales para ver la percepción de los ciudadanos, a la mayoría no le interesan los supuestos atentados, se burlan o creen que son inventos de los candidatos.
A diario vemos escenas de terror en donde hombres y mujeres son asesinados con tal precisión que no son atrapados y cumplen con el objetivo de asesinar personas y sembrar el terror, pero los delincuentes en tiempos electorales tienen malas brújulas y no saben usar el GPS.
Esas denuncias me parecen similares a las tonterías que hizo Nayeli Salvatory burlándose de los asaltos en el transporte público.