Por Pedro Alonso
El humanismo que Guadalupe Yamak, candidata a diputada local por el Distrito de San Martín Texmelucan, dice promulgar, está a años luz del humanismo mexicano de Andrés Manuel López Obrador. Mientras que el presidente actual ha centrado su administración en principios de justicia social y apoyo a los más desfavorecidos, el historial de “Lupita” Yamak sugiere que su versión de humanismo es poco más que una fachada conveniente.
Guadalupe Yamak representa la antítesis de los valores que proclama. Ha vivido de la política, no para la política; ha utilizado los cargos públicos para beneficio personal y familiar, sin preocuparse realmente por el bien común. Los medios de comunicación han documentado ampliamente cómo ha lucrado con sus cargos.
Este viernes su equipo, a través de una abogada, solicitó mi eliminación de varios grupos de WhatsApp debido a una nota que publiqué. La nota mencionaba que los opositores ya habían localizado las bodegas de los calentadores y despensas que podrían usarse para la compra de votos.
Así mismo dos llamadas del equipo de la legisladora con licencia, expresaron su molestia específicamente por las imágenes de un video que ellos afirman es totalmente falso. Pero no de que tienen las bodegas con calentadores y despensas, para la posible compra de los votos para este domingo dos de junio.
Además de solicitar a los administradores de los grupos de WhatsApp que me eliminaran de dichos espacios, y por si fuera poco, pidiendo pruebas de que ya obedecieron la orden.
Este incidente es lamentable y demuestra su intento de censurar a los medios de comunicación. ¿Dónde quedó su supuesto humanismo? ¿Dónde quedó el debate abierto que fortalece la democracia en nuestro país?
En lugar de promover un gobierno transparente y participativo, Guadalupe Yamak parece seguir los pasos de la administración de Rafael Núñez en San Martín Texmelucan, una administración conocida por intentar silenciarme, al igual que lo hacían los neoliberales en la era del PRIANISMO.
Afortunadamente, las benditas redes sociales son un baluarte para la libertad de expresión, impidiendo que se coarte y asegurando que mi voz no sea silenciada.
En estos tiempos, más que nunca, es crucial mantenernos vigilantes y no permitir que quienes buscan lucrar a expensas del pueblo lo hagan sin rendir cuentas. El verdadero humanismo no busca silenciar, sino escuchar y actuar en beneficio de todos.