Ciudad de México.- Se cumplen 30 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de México, durante un mitin en Lomas Taurinas, Tijuana, el 23 de marzo de 1994.
En un caótico mitin en la fronteriza ciudad de Tijuana, Colosio, candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue asesinado a manos de un hombre sin militancia partidista, Mario Aburto.
El magnicidio de Colosio conmocionó al país y marcó un parteaguas en la historia política de México. A tres décadas de distancia, las investigaciones sobre el crimen aún no arrojan luz completa sobre el móvil y los autores intelectuales.
El Asesino y las Preguntas Sin Respuesta
Mario Aburto Martínez, autor material del asesinato, fue detenido en el lugar de los hechos y sentenciado a 42 años de prisión. Su defensa argumenta que la pena por homicidio en Baja California, donde ocurrió el crimen, es de 30 años.
A lo largo de estos años, diversas investigaciones y análisis independientes han puesto en duda la versión oficial del crimen, señalando inconsistencias y posibles encubrimientos.
Persisten interrogantes en torno a este crimen: ¿era Aburto realmente el hombre capturado en medio del caos? ¿Murió Colosio por dos balas de distinto calibre?
El legado de Colosio
Colosio, con su bigote y sonrisa franca, tenía 44 años en el momento de su asesinato. Era el favorito en la contienda presidencial.
Días antes de ser baleado, pronunció un discurso durante el aniversario del PRI que se interpretó como una dura crítica hacia los cacicazgos corruptos de su partido.
“Veo un México con hambre y con sed de justicia”, dijo, señalando los abusos de las autoridades y las necesidades de la población.
Más allá de las investigaciones, la figura de Colosio sigue viva en el imaginario colectivo mexicano. Su discurso en el que mencionó un «México con hambre y sed de justicia» sigue resonando en una sociedad que aún enfrenta muchos de los mismos problemas que él denunció.
La Búsqueda de Sanación
A finales de enero pasado, Luis Donaldo Colosio hijo pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador que indultara a Aburto para poner un punto final al caso y permitir que tanto su familia como México sanaran.
Sin embargo, esta solicitud fue negada. Colosio hijo insiste en la necesidad de iniciar un proceso de reconciliación y perdón. “Yo perdono a esa persona, que Dios lo bendiga, que salga libre, que se vaya de México y que nos permita sanar como Nación”, afirmó.
Reflexiones a 30 años
A 30 años del magnicidio, el asesinato de Colosio sigue siendo una herida abierta en la sociedad mexicana. Es un crimen que exige justicia y verdad, y que nos invita a reflexionar sobre el estado de la democracia en México.
El legado de Luis Donaldo Colosio sigue vivo en la memoria de muchos mexicanos. A 30 años de su asesinato, recordamos su lucha por un México más justo y su visión de un país sin hambre ni sed de justicia.