Por Pedro Alonso
Cada día que pasa me doy cuenta que la actual subsecretaria, Vianey García, es la mejor operadora política y que Roberto Solís sólo ha sido un oportunista que se sabe colocar.
En el curriculum de Roberto Solís destaca el ser el coordinador en Movimiento Ciudadano cuando Noé Peñaloza se lanzó para candidato a diputado, en el 2015, y bueno perdió.
Otra derrota, o mala acción fue encabezar un seudomovimiento que desestabilizó el municipio de San Lorenzo Chiautzingo, donde es originario, pero que hoy tiene el sueño de gobernar a Huejotzingo.
Algunos meses después se perdió hasta que apareció Vianey García como candidata por Morena en el distrito de Huejotzingo, que sin ser originaria de dicha región logró el triunfo.
Sí, yo pensé que fue el efecto AMLO en el 2018, pero con el paso del tiempo, me voy dando cuenta que también tuvo que ver el trabajo y la estrategia. Tan es así, que hizo que Roberto Solís, hoy sea el diputado por ese distrito.
Vianey tras dejar de ser diputada local se refugió en la subsecretaría de algo de igualdad o equidad de la mujer, y desde ahí operó y en el 2022 ganaron para ser delegados estatales de Morena, dándole batalla a las alcaldesas de San Martín Texmelucan y Huejotzingo.
Algo pasó, y creo que le fue bien a Vianey García que se deshizo de Roberto Solís, y bueno durante el proceso interno de Morena para sacar a su corcholata para las elecciones del 2024, se notó el divorcio.
Roberto Solís se fue con Adán Augusto López, y entabló una cercanía con Carlos Morales, el enemigo de Morena pero que fueron unidos por el amor que le tienen a Nacho Mier.
Mientras que Vianey García se le vio de cerca con Julio Huerta y se hizo amiguis de Angélica Alvarado, para juntas apoyar Claudia Sheinbaum, la cual fue la ganadora.
Roberto Solís volvió a su racha de perdedor, y Vianey se conserva como la triunfadora.
Hoy sin duda, Vianey apoya a Julio Huerta para que sea el coordinador estatal del Movimiento de la Cuarta Transformación y Roberto Solís, estará apoyando a Ignacio Mier.
