Una persona come, bebe y respira entre 78.000 y 211.000 partículas de microplásticos (las partículas plásticas que miden menos de cinco milímetros) al año. La investigación «Human Consumption of Microplastics», publicada en Environmental Science & Technology, presenta un análisis de 26 estudios de todo el mundo y calcula la cantidad media de microplásticos que se encuentran en consumibles comunes, como el agua, la cerveza, el azúcar y la sal, entre otros.
La ciencia lleva un cuarto de siglo estudiando los microplásticos, y se sabe que las partículas pueden ser transportadas por todo el cuerpo a través del riego sanguíneo, pero, ¿cuán dañinas son para el organismo? Diversos estudios han demostrado que los microplásticos causan reacciones alérgicas y muerte celular, pero hasta ahora no hubo estudios epidemiológicos que documenten, en un gran grupo de personas, una correlación entre el consumo de microplásticos y los problemas de salud.
La mayor cantidad de microplásticos entra en el organismo a través del agua embotellada. Según cuatro estudios distintos, el número medio de partículas por litro es de 94. La cerveza ocupa el segundo lugar, con 32, pero el tercer puesto es el más alarmante: el aire inhalado por los seres humanos, según dos estudios realizados en Francia y Turquía, contiene una media de 9,80 partículas de microplásticos por m³. Como referencia, el Manual de Factores de Exposición de la EPA indica que una persona de entre 31 y 51 años inhala una media de 16 m³ de aire al día.