El nuevo Índice de Pobreza Multidimensional (MPI) muestra que la reducción de la pobreza a gran escala es posible y revela nuevos “perfiles de pobreza” que pueden revolucionar los esfuerzos para desatar los nudos de pobreza. Este análisis —del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI) de la Universidad de Oxford—mira más allá del ingreso para comprender cómo las personas experimentan la pobreza en diferentes aspectos de sus vidas diarias –desde el acceso a educación y salud, a indicadores del nivel de vida, tales como vivienda, agua potable, saneamiento y electricidad.
El informe identifica las ‘canastas de privaciones’ – patrones recurrentes de pobreza—que afectan comúnmente a las personas pobres en distintas partes del mundo. Los nuevos datos permiten identificar los perfiles de pobreza más relevantes en distintos lugares. Éste es un paso crucial en el diseño de estrategias que puedan abordar los múltiples aspectos de la pobreza al mismo tiempo.
Los datos muestran que –incluso antes de los efectos de la pandemia de COVID-19 y de la crisis del costo de la vida– 1.200 millones de personas en 111 países vivían en pobreza multidimensional. Éste es casi el doble del número de personas en pobreza monetaria extrema –viviendo con menos de $1.90 dólares diarios.
“Cuando vemos nubes de recesión en el horizonte, sumado a 54 países en desarrollo enfrentando problemas severos con su deuda, y al recorte de presupuestos ya muy ajustados, resulta vital utilizar análisis de última generación para detectar dónde se pueden conseguir los mayores logros con recursos crecientemente escasos,” explica Achim Steiner, Administrador del PNUD. “Por ejemplo, este análisis multidimensional muestra que la descarbonización y la expansión del acceso a energías limpias no sólo harán avanzar la acción contra el cambio climático, sino que además serán críticas para mejorar las condiciones de vida de las casi 600 millones de personas que hoy sufren la falta de electricidad y combustibles limpios para cocinar.”
Sobre la base de los últimos datos disponibles, en su mayoría recolectados antes de la pandemia COVID19, el informe destaca la necesidad de abordar combinaciones persistentes de privaciones, incluyendo:
• Más del 50% de las personas pobres (593 millones) carecen de electricidad y combustibles limpios para cocinar.
• Casi el 40% de las personas pobres (437 millones) carecen de agua potable y saneamiento.
• Más del 30% de las personas pobres (374 millones) enfrentan simultáneamente privaciones en nutrición, combustibles limpios para cocinar, saneamiento y vivienda.
El informe presenta historias de éxito de distintas partes del mundo, basadas en estrategias integradas para la reducción de la pobreza. Las inversiones en saneamiento en Nepal han mejorado el acceso a agua potable, la nutrición infantil, y reducido la mortalidad infantil producto de menos casos de diarrea. En la India, cerca de 415 millones de personas dejaron de ser pobres en un período de 15 años, un cambio histórico. Antes del impacto de la pandemia, 72 países habían reducido significativamente la pobreza. El informe anticipa que es probable que muchos de los esfuerzos por erradicar la pobreza en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible se hayan frustrado con las crisis múltiples que enfrentamos.
“El IPM es un complemento esencial de las mediciones de pobreza monetaria porque detecta combinaciones de privaciones humanas de forma directa”, dice Sabina Alkire, directora de OPHI en la Universidad de Oxford. “Nuestra esperanza es que los datos que presentamos este año sobre canastas de privaciones posibilitarán mejores respuestas –compatibilizando mayor potencia con la precisión de un rayo láser– para la reducción de la pobreza en estos tiempos turbulentos”.
Para saber más sobre el Índice de Pobreza Multidimensional 2022, visite: hdro.undp.org